Llamado de acción para mi pueblo marabino.
En este momento, hay muchos a los cuales se puede apuntar, pero hay que reservar uno para nosotros mismos. Alcahueteamos tantos comportamientos hedonísticos porque simplemente nos beneficiaban en el momento. Es importante este ‘mea culpa’ porque debe sentar la base para lo que debe venir.
La urgencia del momento requiere que ahorita recordemos las frases de delirio y devoción que uno grita de una grada o hacia un televisor: en las buenas y en las malas, un amor que no muere, un sentimiento que no puede parar. Si se las orientaste hacia el UAM, llegó el tiempo de cumplir.
Es momento de levantar la voz y decirle a los dirigentes que tienen secuestrado a nuestro equipo en sus oficinas que un plumazo no puede matar a nuestro Unión.
Se les olvida que cuando pidieron nuestra fidelidad en el estadio, se la dimos a los colores, no a ellos ni a su gestión.
Si piensan que dejaremos morir aquello por lo que hemos viajado, arriesgado, peleado, luchado, llorado, defendido, sudado, gastado y delirado, claramente no conocen quienes están en esas gradas.
Dejar de luchar seria admitir que nunca fue nuestro, sería darle la satisfacción que no fuimos más que borregos, que tenían razón en nunca tomarnos en serio como parte del Bicolor.
Aunque sé que para muchos esto se siente como la última traición posible y prefieren alejarse antes que sostener el cadáver del UAM, yo encuentro refugio en la cita famosa de Hamlet de Shakespeare (tropicalizada):
“Ser o no ser, ahí esta el dilema.
¿Es mas noble sufrir lo que nos tiene el destino o luchar contra los males y al oponerlos, derrotarlos?
Si morimos, dormimos, y al dormir le ponemos fin a las torturas que podamos sufrir.
Si morimos, dormimos y quizás hasta soñamos… pero la cosa es, en ese sueño de muerte ¿qué sueños vendrán?”
La elección es simple: luchamos o morimos… y si morimos, terminamos de matar al Unión… y matamos todo lo que hemos construido y quizás un futuro de nuestros hijos se pongan la Bicolor con orgullo.
Si deciden luchar, me tendrán en su esquina. Apoyémonos los unos a los otros y encontremos la fuerza en aquella bella palabra que está en nuestro nombre: Unión.
Usemos esta oportunidad para mostrarle a toda una ciudad… no, a todo un país… de quien es Maracaibo en el plano futbolístico.
Mostrémosles apoyo a los muchachos que lograron la permanencia deportiva y que les quitaron sus méritos y esfuerzo con un trato que tenía dos meses negociándose, mientras tenían tres meses sin cobrar.
Mostremos apoyo por aquellos jugadores que sí sudaron la camiseta a lo largo de nuestra historia y se partieron la nariz, la pierna o la cabeza por vernos en la cima.
Enseñémosles a los periodistas que nos quieren poner en el cementerio de nuestro fútbol como muerte anunciada que no alimentaremos la lista de enterrados como el Marítimo, el Galicia y el Italmaracaibo.
Luchemos por demostrarle a esta nefasta directiva que su peor error fue no haber incluido a esta bella hinchada en las decisiones y hacerles arrepentir del apoyo que ellos dejaron de gozar por menospreciarnos.
Y demostrémonos, a nosotros mismos, que el UAM merece existir, porque tiene gente que no lo dejará morir.
Bicolor. Ahora y siempre.
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